miércoles, 18 de mayo de 2011

MARCO TEORICO

Jean Piaget, psicólogo suizo echó por tierra varios supuestos en lo que al desarrollo de los niños se refiere, sobre todo con su teoría psicogenética, en la cual se afirma que el niño sufre durante toda su etapa de desarrollo motriz, también un desarrollo psíquico y mental del cual pueden ser identificadas en la generalidad sus partes.
A partir del desarrollo de esta teoría -y sobre todo en los países de habla hispana-, la psicogenética se ha convertido en parte de la planeación educativa; en lo particular, en los programas para preescolar.
La psicogenética ha sido de gran ayuda en la elaboración de planes, programas y guías de estudio y es importante puesto que enuncia un principio ya casi universal entre todos los que nos dedicamos a la educación como actividad principal: que el niño es el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje y que es él el sujeto más activo de este proceso.
La conceptualización de las didácticas para orientar el desarrollo del lenguaje oral y escrito en el nivel preescolar, sobre todo afirmando tajantemente que no es este el nivel en el que se debe de enseñar a los niños a leer y escribir, sino más bien respetando su desarrollo psico-motriz, acercarlos a actividades, objetos y sujetos de conocimiento que tengan que ver con el desarrollo tanto de su expresión oral como de su próxima expresión escrita.
El objetivo, entonces, ya no es sólo que el niño aprenda a leer y escribir, sino cómo aprende y qué estructuras mentales pone en juego para este aprendizaje. El respeto a sus estructuras mentales y el fortalecimiento de las mismas es ahora el objetivo principal de toda actividad en el jardín de niños.
El aprendizaje de la lengua escrita en el nivel preescolar, la gran mayoría de las personas están equivocadas al pensar que porque un niño aprenda a leer y escribir en el jardín de niños va a ser más inteligente o aventajara los de su edad; es una de las ideas más erróneas para el concepto de aprendizaje manejado por la psicogenética de Piaget. Se afirma, entonces, que el jardín de niños debe sólo propiciar actividades que pongan al niño en contacto con la lecto-escritura, puesto que en su desarrollo el niño descubrirá el lenguaje escrito y, a partir de su madurez, le tomará importancia.
El proceso de la lecto-escritura se encuentra ubicado en el proceso de desarrollo del pensamiento representativo, que si hablamos de los estadios o etapas señaladas por Piaget, todavía no es dado a los niños en edad preescolar (se encuentran en el período sensorio-motriz).Sin embargo, ya comienza a desarrollarse su pensamiento representativo.
El pensamiento representativo lo comienza a adquirir el niño cuando adquiere el lenguaje oral, ya que éste le permite al niño evocar objetos y situaciones sin que éstos se hallen presentes, estos pensamientos son ya de tipo simbólico (ej. pensar que va a hacer mañana o recordar lo que hizo ayer; recordar a su papá cuando éste no está, etc.)

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